martes, 28 de octubre de 2008

El Reino Fantástico.

Al maestro Jorge Luis Borges.

Referiré mi experiencia con la mayor precisión que mi memoria pueda abarcar, con el menor descuido posible y de manera comprensible para el lector; por lo que en el decurso he eliminado alguna que otra situación abstracta o metafísica. A continuación comenzaré a narrar la historia desde el primer recuerdo de la misma:

La oscuridad recubre la infinidad del espacio, la sensación de la perdida de los sentidos, como la aparente impresión de la degradación de la vista, la cual estaba en una búsqueda desesperada de un punto de fuga al cual asistir, era inevitable. Atemorizarme por la repentina aparición de una puerta a mi derecha también lo fue. El nublamiento pasajero de mi mente era instantáneo. Cuando se disipó, extendí mi mano hacia el picaporte y la abrí, sin valentía o vigor; este tipo de sensaciones no parecían existir en este universo. Ingresé lentamente, para mi sorpresa, en una pequeña habitación bien amoblada, rústica y confortable (lo de confortable tal vez seria solo una impresión ya que me resultaba muy familiar).
A mi izquierda se encontraba una biblioteca colmada de libros de lomos de un mismo color (serian acaso de una misma colección), esta se extendía en la mayor parte de la pared, exceptuando una zona (precisamente la ultima parte) en la que estaba una ventana. De ella una potente luz invadía la habitación. A mi derecha cuadros cubrían la extensión y un sofá de un verde opacado invitaba a sentarme. Sobre mis pies una alfombra abarcaba el suelo en su plenitud; y sobre mi cabeza una enorme araña con velas apagadas y unas hermosas terminaciones en dorado centraba la parte superior. Pero toda mi atención era atraída por la pared opuesta a mí, esta solo contenía una gran pintura de un barco de la que aún no recuerdo el autor (Derecha) y un asiento con respaldo, también de una especie de verde, que apuntaba hacia el ángulo de la habitación. La iluminación del mismo era perfecta. En el se hallaba una persona, una persona que se levanto en cuanto cerré la puerta y que reconocí instantáneamente; era yo. El temor y el estupor recorrieron mi cuerpo totalmente, eso era algo muy evidente (pero entendible). Con suma tranquilidad volvió a sentarse, esta vez en el sofá e insistió en que lo acompañase. Mi pasmo entorpeció mis movimientos hasta llegar en donde se encontraba. Nos contemplamos durante unos interminables segundos, yo con terror, el con confianza. Éramos idénticos; no cabía duda, pero sostenía mi esperanza de que fuera otro, entonces fue cuando dijo:
- No lo dudes mas, somos la misma persona,… en cierta manera – esto último lo susurro tan levemente que no lo percibí hasta después de un buen rato.
- Pero eso es imposible – respondí convencido
- En la realidad, pero no en este reino, aquí todo puede llegar a suceder – Refutó.
- ¿En donde nos encontramos? –
- Definámoslo solo como un reino fantástico –El dijo y yo elevé mi cejo en forma de comprensión estando aún muy confundido.
- ¿Llevas en ti mis recuerdos y conocimientos?- Esta idea realmente me estaba frustrando.
- No, pero los tengo -, Señalo la biblioteca – Allí se encuentra cada recuerdo y conocimiento.
- ¿Sabes algo de mí? –
- Claro que sí, se lo que vas a hacer, lo que sentís y percibís… como por ejemplo que no has entendido nada desde que estas aquí.
De pronto la oscuridad comenzó a brotar de las ranuras y pequeñas aberturas de la puerta, ventana y esquinas de la habitación. Esta lo colmo todo, todo en lo absoluto, hasta mi propio ser. Estaba perdido, me sentía libre y encarcelado al mismo tiempo. Entonces abrí los parpados, observé con imprecisión el techo de la pieza, estaba acostado; había soñado.

Este extraño sueño tenía una interpretación, una interpretación que no descubrí hasta después de un par de horas: Sin duda había tres elementos fundamentales, la habitación, la biblioteca y “yo”, cada uno de estos; en el “reino fantástico” eran símbolos concretos de algo que en la realidad es abstracto. La habitación representaba mi mente, la biblioteca a mi memoria y “yo” a mi pensamiento. Por eso es que en la “habitación” nunca hubo más de una persona.

lunes, 20 de octubre de 2008

Adolescencia.

Si aquella naturaleza que enreda mi vista lentamente, que se danza al compás de la brisa, que me resulta intangible al no estar a su lado, desapareciera, desaparecería yo con ella. Tan hermoso sutil verde que se desliza en cada mirada, que enamora a cualquier ser vivo con su gracia, es perfecto en mi deseo; y ha sustituido una parte de mí. Años de anhelo tal vez son los que la forman y le dan poder, o quizá solo sea yo quien le da importancia, al fin de cuentas son los hombres quienes le ponen valor a las cosas con su criterio.
Oh cielo, exacta magnitud de cielo que contemplas a la perfección mi preciado verde, soy pequeño, pero a veces hasta daría mi vida por ser como vos, inundarme entre nubes y llenarme de tu paz; mientras todo lo vez y todos suspiran al verte, que problemas no mantienes y estático estas; mientras la vida pasa y sigue, muere y vuelve a nacer; es gracioso, la misma parece insignificante a tu lado.
Más allá de todo aquí estoy, aquí me encuentro, y juego, juego en tu inmensidad gran arboleda, con felicidad dentro de mí por tu corazón sentir; poco a poco, tus latidos; que en desmanes de viento circundante y vida silvestre; elevan mi pasión.
En este sueño de alegría yo doy comienzo a mi diversión correteando de aquí para allá; como cuando me compran un juguete nuevo, o como cuando me trajeron a mi querido can.
Que frustración, una destrucción momentánea a mi utopía, mi madre llama para comer, además que pasen tantos autos no ayuda, mucho menos ese colectivo que hace vibrar cada ventana de mi casa, suena el teléfono, mi hermano aumenta el volumen de la T.V (no entiendo su música ruidosa), a veces creo que desperdicia su tiempo con eso, bueno pero eso es otro tema, mejor voy a comer como dice mamá.
Volviendo en sí. He descubierto delicadas flores que jamás vi, mi recorrido se torna colorido, eso me estremece el alma ¡Que hermoso! Este aire tan puro es impresionante, hace que la motivación de viajero no cese, realmente bueno, que perfección. Siguiendo por los intrincados caminos de tierra un timbre corrompe mi concentración; parece que nadie va a atender a la puerta, es un vendedor, mi madre dice que no les abra cuando estoy solo, y otro timbrazo vuelve a sonar para disipar mi serenidad. Intento volcarme hacia mi bosque perdido y al camino donde me encontraba, pero no puedo, que de interrupciones. Solo logré descubrir una cueva y un manantial el día de hoy.
La escuela es un lugar donde no puedo visitar mi mundo ajeno, nadie lo comprende, además debo prestar atención continuamente; y la atención es fundamental para mis viajes. No creo que alguien allí se interese por conocer la imencidad y la vida del viajero, tampoco creo que tengan las cualidades, pero eso se puede arreglar a la larga.
Es incomoda la sensación de aislamiento a la libertad de conocer aquel lugar que amo, y saber de la discontinuidad de mis aventuras lo es más.
Ya de regreso, consigo mi acercamiento a dicha cueva. Comienzo a investigar la rara estructura y las estalactitas, que representan gran antigüedad, mientras llego a mi pieza con cansancio recojo una piedra para una posterior investigación; y ya sobre mi cama el cansancio es absoluto, desembocando en mi sueño.
Al día siguiente era el turno del manantial. Recorro los pasillos de mi casa y entre altas coníferas termino ante ese espejo increíble a los ojos. Esa agua cristalina que incentiva mi curiosidad de niño por el lugar, era tan diferente, daban ganas de sumergirse, nadar y nadar. No creo que mi madre haya estado en el momento del descubrimiento del manantial, aah ella se lo perdió, todo por lavar los platos en la cocina, este era un hecho importante para la comunidad científica.
Esta vez en el patio, luego de una pequeña interrupción gracias a mi mascota, continuo mi expedición (el viaje tomaba rumbos mas científicos ahora) por las costas de esa masa de agua que me faltaba nombrar, me dirigía a esas lejanas montañas que los sauces y pinos no me dejan ver con claridad. Parece que mi perro se ha adentrado en el viaje, esta aquí a mi lado de repente, lo canso el patio seguramente y decidió acompañarme.
Prosiguiendo; omitiré el camino a las montañas por una serie de hechos desfavorables además de no recordarlo al pie de la letra, lo que si, mi amigo fiel ya no se encontraba.
Hermosos minerales destellan reflejando su querido sol que se alza en plenitud, este es sin duda un gran lugar, abunda la caliza por doquier y es posible distinguir algún que otro trozo de granito, muy difíciles de ver por los reflejos que invaden mi vista.
Llegando a uno de los puntos más altos pude obtener el máximo rango de visión posible, y a pesar de las señas de mis padres no lograron desconcentrarme, quizá tenían miedo de que cayera o rompiera algo, estos padres suelen tener miedo por todo. Retomando la imagen: Era increíble, el verde se escurría por cada rincón, todo lo ocupaba y no existían límites, la sensación de homogeneidad engañaba mis sentidos llevándome a pensar en esa extraña perfección natural que tanto me cautiva.
Esa será la última aventura por hoy, he descubierto mucho desde la primera vez que me adentré y creo que tengo demasiadas cosas por estudiar del lugar, luego volveré, será propicio que cree un mapa mas adelante, sino tardaré en encontrar las zonas hasta con el riesgo de perderme.

Ahora 10 años después, no comprendo absolutamente nada de lo que he relatado, las anotaciones son extrañas, incoherentes en parte, me costó mucho trabajo poder juntarlas e intentar resolverlas. Hablan de un lugar perdido por lo que parece. Pero ¿que lugar perdido podría encontrar yo a los 8 años? jaja. Seguro se trato todo de un juego.
Lo extraño es como no recuerdo nada, y con tal buena memoria. No lo sé…
Lo último que escribí referente a dicho lugar, a “mi amado verde” jaja, fue de otra “expedición” a las cuevas, y son frases cortas escritas en otra tipografía, en aquella que solo sale con gran velocidad y desesperación. Estas decían: “Algo anda mal aquí, sino me equivoco hay muestras de vida”, “No es posible”, “Ni siquiera…”, “Debo escapar” “Gran Bestia”.
Por como esta el papel parecía realmente aterrado, me tomaba los juegos enserio parece jaja. Sigo pensando que es muy extraño que no recuerde nada. Le pregunte a mi vieja, y dijo que sí, que tenía una especie de juego, pero que de un día para el otro deje de jugarlo, y lo mas extraño aún, según ella en unas semanas había cambiado bastante.

lunes, 6 de octubre de 2008

Teoría de la dualidad.

Él sabe que no es el mismo, que camina por la ciudad sin dirección por esas calles que le causan depresión, y que el amor hace tiempo perdió por una apuesta en la que se jugó. Que parece que nada le importa, que nada le vale la pena, y que él no es el que escribe en esta ocasión. Tal vez sea cierto, no se quien manda de los dos, de a momentos yo, quiero creer, que mi cuerpo bajo mi tutela acabe en este momento.

En mis desvelos lo veo, ocupado el en su trivialidad, a veces no me deja dormir por alterado estar. Quizá fabrique mas de una mentira para mi atención captar, es muy hábil para esto, me conoce de par en par. Más de una vez acato su voluntad, es que me suele ayudar, sino existiese ese acuerdo virtual nos acabaríamos por matar.

Él sabe que no es el mismo, que camina por la ciudad sin dirección; por esas calles que le causan depresión, y que el amor perdió, no se bien porque, ya no mantengo ese recuerdo, quizás ese era el fin de “él”, mantenerme alejado de sufrimiento, pero casi yuxtapuestamente una vida paralela creó; y mi existencia advirtió; creando pactos de guerra en mi interior.

Él es más que una simple construcción falaz, tal vez al principio lo fue (como en todos nosotros), hasta que verdadero se va tornando. No entiendo porque con esa parte de mis sentimientos se vino a encariñar, el miedo, el temor, el odio, es como si en ellos vio un potencial. Claro que se los adueñó y los moldeó, es quien los representa por los dos, cobarde por un lado el dejar que actúe con la peor parte de mí ser, pero es que estoy enamorado de cómo decide hacerlo, expresarlo, obtenerlo de bien.

Quien crea, quien más de una vez me hizo sentir loco, quien sabe el momento perfecto de actuar, y que yo desespere por saberlo es lo que me enloquece de verdad. Es él. Él es todo. Al cambiar se perfecciona, y feliz estuve hasta darme cuenta de que crea dependencia, que hace las cosas por mí y yo deje que las haga.

Sí, se perfecciona, cada vez más, de esa leve construcción ahora es toda una unidad. Claro que hace las cosas por mí, ¿quien mas podría?, si es el que entiende cada una de mis situaciones vividas con claridad, que yo ya no creo comprenderlas bien.

Él manda, yo acato sus ordenes, si tiene razón en cada palabra, parecía no verlo antes, como pude considerarlo inferior alguna vez en el proceso, me considero idiota por eso. Lo último que quiero es faltarle el respeto, igual no podría.

Él es quien controla, quien coordina mi vida. Hace todo por mí, yo solo me encuentro sentado a un costado de mi conciencia esperando dar alguna indicación, claro que no son necesarias, así que descontinué esa espera.

Pasado el tiempo yo casi no existo, como de mis primeros sentimientos se adueñó con el resto siguió, y como de mis sufrimientos con lo que quedaba de mis recuerdos. La pregunta es: ¿Dónde me hallo yo?... Si… estoy crucificado por algún rincón. De los más profundos y oscuros de la imaginación, esperando y esperando a que quien controla mi ser decida sentir necesidad de una construcción falaz, y así, de cero comenzar.


Del mismo estilo que "Ella no lo sabe".

Una vez estuvo posteado en "pasamelaviola" esto, antes que me cerraran el espacio claro :P.